El hallazgo permite conocer cómo era el modo de vida, la alimentación, la fauna y flora, la geografía y el clima reinante en esa antiquísima época. Restos líticos y de cerámicas encontrados en 71 sitios arqueológicos vienen siendo analizados y estudiados por los especialistas, que permiten concluir que la historia nacional en cuanto a nuestros antepasados indígenas puede sufrir un vuelco fundamental, teniendo en cuenta que estas poblaciones son muy anteriores a los charrúas.
De acuerdo a lo señalado por los investigadores, el estudio realizado principalmente en el sitio conocido como “Mainunby” en Melilla, está permitiendo caracterizar la ocupación prehistórica de Montevideo.
El lugar se encuentra a unos 30 minutos del centro de la ciudad, próximo a las costas del río Santa Lucía.
“La importancia de estudiar este sitio arqueológico radica, entre otras cosas, en que es unos de los pocos sitios prehistóricos que quedan en dicho departamento, puesto que la urbanización ha destruido el resto. Por otra parte es una experiencia pionera en la articulación de los estudios arqueológicos en un área natural protegida, comentó una de las arqueólogas”.
Las excavaciones realizadas han caracterizado el lugar como un sitio prehistórico.
“Se han recuperado materiales cerámicos y líticos. Los pasos siguientes en la investigación de laboratorio nos permitirán acotar temporalmente las ocupaciones y las actividades realizadas en el mismo”.
Estos trabajos de investigación arqueológica prehistórica se enmarcan en el “Proyecto de Investigación Arqueológica en el bajo Santa Lucía y costa de San José”, mediante un convenio firmado entre el Ministerio de Educación y Cultura y las Intendencias de Montevideo y San José, y que comprometen una extensa área de esos dos departamentos.
Los inicios de estos estudios se remontan al año 2000, c u a n d o p o r an t e c e d e n t e s se comenzó a trabajar en el área en arqueología prehistórica.
“Nos hemos llevado una sorpresa interesante expresaron los arqueólogos, porque pensábamos que eran poblaciones que tendrían unos 2.000 ó 2.500 años como muy antiguas, pero en realidad constatamos que tienen unos 5.000 años de antigüedad”.
Dijo que para iniciar los estudios de campo se debió abordar “todo lo que es cartografía, fotos aéreas, evolución del paisaje en esa área”.
“Tenemos poblaciones que vivieron hace unos 5.000 años y el paisaje de ese entonces no era el mismo de hoy. Hay elementos en los estudios arqueológico que ayudan a la reconstrucción de los países antiguos, antes estas zonas eran elevadas, ahora son zonas inundables. Otro de los objetivos era saber qué antigüedad tenían estas poblaciones, cómo vivieron, cómo se relacionaron con el medio ambiente”.
Son poblaciones que vimos que eran ceramistas. O sea que es una cosa muy interesante ya que las poblaciones más antiguas con estas características que poblaron Uruguay tenían unos 3.800 años. Y ahora nosotros, estamos postulando que eran mucho más antiguas, lo que se acompasa con toda una revisión que hay de las poblaciones cazadoras recolectoras ceramistas antiguas en América.
Manifestaron que otra de las sorpresas fue el descubrimiento de 71 sitios arqueológicos prehistóricos “en un área donde el avance de la civilización ha sido muy importante. Pero por suerte todavía se conservan restos del pasado que nos permiten saber dónde acampaban estas poblaciones indígenas, dónde cazaban, dónde enterraban sus muertos.
Ellos, hace 5.000 años manejaban ciertas plantas, ciertos cultivos, y estamos viendo ahora, si tenían horticultura.
Los restos arqueológicos encontrados por el equipo de investigadores han sido restos en piedra, que era la materia más resistente para hacer los instrumentos de caza.
A través de la piedra podemos saber qué distancias recorrían para obtener un tipo de piedra en especial, que a veces están cerca de los sitios, y otras veces estaban a 100 ó 200 kms.
Ahí interviene un factor de movilidad o intercambio e incluso hay piedras que son similares en la Provincia de Buenos Aires lo que estaría indicando un contacto entre los grupos indígenas de la época.
Otro de los hallazgos han sido trozos de cerámica. Sobre este particular la arqueóloga dijo que “de los restos que quedan en la vasija podemos saber qué comían, aproximarnos a su dieta y cómo utilizaban la arcilla para la confección de la cerámica, cómo decoraban. Si estas decoraciones tenían que ver con los enterramientos, si eran rituales o no. Hemos visto una cerámica muy utilitaria pero otra muy decorada relacionada con los enterramientos.
Encontramos una fauna extinta que está en los sitios arqueológicos, como es el caso del Ciervo de los Pantanos. Hemos hallado, además, restos de peces, de corvina, y encontramos una serie de restos de fauna de hace 5.000 años que nos hacen explorar otra cosa, como es el caso de saber si hubo períodos más secos o más cálidos, de los que hay ahora.
Flora
Vemos que había una cantidad de palmeras como la palmera Pindó, entre otras, en casi toda el área, que era aprovechada de distinta forma, al igual que otro tipo de vegetación, que se procura determinar.
Saber si estas poblaciones de hace 5.000 años tienen relación con los antiguos habitantes del territorio nacional conocido hasta ahora como fueron los charrúas o los minuanes, entre otros,presenta toda clase de desafíos e incertidumbres.
Si estamos hablando de poblaciones de hace 5.000 años, y si son los antecesores de los charrúas o minuanes que fueron las tribus que vieron los españoles a su llegada, es toda discusión.
Algunos historiadores afirman que no, que hubo diferentes oleadas migratorias.
Otros dicen que hubo una continuidad, una evolución y cambio de estos grupos.
Puede haber una mezcla de las dos cosas, y lo que estamos tratando de valorar es cuánto hay de migración y cuánto hay de evolución. Lo más importante de esta investigación, es que hasta 1998, se tenían pequeñas referencias del área de gente que eran coleccionistas.
A principio de siglo descubrieron en un arenal, en un sitio conocido como La Tuna, tres esqueletos, que es la referencia más importante.
A su vez había referencia de Montevideo, a través de las colecciones de Pancho Olivera de que había ciertos lugares donde se había encontrado material y restos humanos.
Pero no había un estudio general del área, ni una prospección sistemática.
El equipo de arqueólogos explicó cómo se formaron los humedales del río Santa Lucía.
“Hace unos 5.000 años hubo un período más cálido y más húmedo que ocasionó que el nivel del mar subiera. Entonces teníamos un estuario en el río Santa Lucía y el nivel del Río de la Plata era mucho más alto del que tenemos ahora. Eso hace que los primeros habitantes que vivieron en la zona se asentaran en un lugar que era un estuario. Después se fueron retirando las aguas debido a un período más seco hasta formarse los humedales. Esto es un rasgo muy importante porque estos grupos estaban buscando un ambiente específico que es el del humedal, que tenía una riqueza impresionante en cuanto a fauna y flora.
A medida que se fueron formando los humedales este grupo o grupos fueron ocupando líneas de costa.
A su vez es un área que tiene recursos fijos, como la parte lítica, de roca, que aflora mucho en la zona, lo que la hace un área de amortiguación de esos cambios. Y a su vez tenemos indicios que hay como una apropiación del espacio si se quiere, buscando lugar para enterrar a sus muertos, buscando cultígenos.
En otros momentos hay un período más cálido, que lo ubicamos en unos 700 años antes. O sea que se pasó desde un estuario a una laguna y después a los humedales que ahora tenemos”.
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